domingo, 24 de febrero de 2013

cerrando puertas

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrar círculos o cerrar puertas o cerrar capítulos, lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Se acabó tu relación? ¿Terminó tu trabajo? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasar mucho tiempo de tu presente en los porqués, regresando y tratando de entender por qué sucedió tal hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida tú, yo, tus amigos, tus hermanos, tus hijos, todos estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, terminar con etapas o con momentos y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros, los hechos pasan y hay que dejarlos ir. Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, tirar papeles, regalar libros, cambiar de casa, los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse, en la vida hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó, no esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú, suelta el resentimiento. Con darle y darle al asunto lo único que consigues es dañarte, envenenarte y amargarte. La vida va para adelante, nunca para atrás. Si vas dejando puertas abiertas “por si acaso”, nunca podrás desprenderte, ni vivir el hoy con satisfacción. ¿Una relación que no se clausura? ¿Posibilidades de regresar? ¿A qué? ¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que los invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora hazlo, si no déjalos ir. Cierra capítulos, debes decirte a ti mismo que no, que no vuelven, pero no por orgullo ni soberbia, sino porque tú ya no encajas en ese lugar, en ese corazón, en esa casa, en esa oficina.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, cierra el círculo. Ni tú eres el mismo, ni el entorno al que regresarías es igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprenderte de lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable, ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir, porque tú llegaste a este mundo sin ese adhesivo. Por lo tanto sólo es costumbre vivir unido a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin lo que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse, y humanamente se puede lograr, porque sólo es costumbre, apego, necesidad.
Cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. Hay muchas palabras que significan salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. Ésa es la vida.”

cerrando puertas

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrar círculos o cerrar puertas o cerrar capítulos, lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Se acabó tu relación? ¿Terminó tu trabajo? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasar mucho tiempo de tu presente en los porqués, regresando y tratando de entender por qué sucedió tal hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida tú, yo, tus amigos, tus hermanos, tus hijos, todos estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, terminar con etapas o con momentos y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros, los hechos pasan y hay que dejarlos ir. Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, tirar papeles, regalar libros, cambiar de casa, los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse, en la vida hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó, no esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú, suelta el resentimiento. Con darle y darle al asunto lo único que consigues es dañarte, envenenarte y amargarte. La vida va para adelante, nunca para atrás. Si vas dejando puertas abiertas “por si acaso”, nunca podrás desprenderte, ni vivir el hoy con satisfacción. ¿Una relación que no se clausura? ¿Posibilidades de regresar? ¿A qué? ¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron? ¿Silencios que los invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora hazlo, si no déjalos ir. Cierra capítulos, debes decirte a ti mismo que no, que no vuelven, pero no por orgullo ni soberbia, sino porque tú ya no encajas en ese lugar, en ese corazón, en esa casa, en esa oficina.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, cierra el círculo. Ni tú eres el mismo, ni el entorno al que regresarías es igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprenderte de lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable, ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir, porque tú llegaste a este mundo sin ese adhesivo. Por lo tanto sólo es costumbre vivir unido a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin lo que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse, y humanamente se puede lograr, porque sólo es costumbre, apego, necesidad.
Cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. Hay muchas palabras que significan salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. Ésa es la vida.”